La adaptación al mercado de los ejecutivos españoles en México tiene mucho avanzado gracias a la cercanía cultural, pero debe tener en cuenta algunas claves: comunicarse de forma más empática y generosa, ofrecer reconocimiento al interlocutor y ser un buen generador de network.

Adecuamos nuestro negocio al mercado local, pero, ¿y nuestros ejecutivos?

Vemos como normal y necesario que las empresas que realizan una implantación comercial o productiva en un nuevo país preparen un estudio de mercado y un plan de negocio. Curiosamente y a pesar de las fuertes inversiones que hacen, son pocas las empresas que proporcionan a sus expatriados y nuevas contrataciones un apoyo para que las diferencias culturales no supongan problemas críticos de productividad y de comunicación en los equipos.
En el caso de los profesionales españoles que llegan a México, deberían de tener en cuenta que el estilo de comunicación del mexicano no es tan directo como el del español, una comunicación muy directa puede molestar y verse como falta de respeto. En general el mexicano es hospitalario e intenta agradar; de la misma manera espera recompensa y reconocimiento. Los profesionales mexicanos aceptan la jerarquía y la distancia, pero si no obtienen ese reconocimiento (puede ser verbal), pueden pasar fácilmente a un comportamiento pasivo-agresivo.
Un alto porcentaje de ejecutivos mexicanos  tiene formación internacional; un nivel de inglés muy alto y  una gran capacidad y necesidad de crear redes de networking (México es un país donde son especialmente importantes las relaciones para hacer negocios).  Los ejecutivos españoles, más pragmáticos y acostumbrados a trabajar en ambientes menos sofisticados, tienen que hacer un esfuerzo para adaptarse a este nuevo  entorno sin olvidar esas competencias tan valiosas que traen.
México es un país que tiene mucho que ofrecer a las empresas españolas y donde los españoles podemos trabajar y ser felices. Aceptar las diferencias y tratar de absorber lo mejor de las dos culturas proporcionará sin duda una ventaja competitiva tanto a los profesionales españoles como a las empresas en las que trabajan.]]>