La diversidad empresarial se ha convertido en una necesidad para la supervivencia a largo plazo de un negocio.

Así lo demandan las nuevas generaciones que se incorporan al mercado laboral y los clientes que exigen productos y servicios más personalizados. Un apartado importante de la inclusión reside en la apuesta por el talento femenino y el compromiso por garantizar la igualdad de oportunidades, así como reducir la brecha salarial y de mujeres en puestos directivos. Debido a los esfuerzos emprendidos en esta dirección, cuatro grandes empresas españolas –Iberdrola, Telefónica, Banco Santander y BBVA– han sido incluidas en el índice Bloomberg de Igualdad de Género 2018. La clasificación mundial la integran 104 empresas de 24 países y de diez sectores diferentes de actividad.
El camino de las empresas catalogadas como «diversas» comienza en la alta dirección. «En muchas compañías están aterrizando una nueva generación de directivos comprometidos que quieren hacer las cosas de manera diferente», explica la socia de Diversidad y Liderazgo Inclusivo de Talengo Marta García-Valenzuela. Las organizaciones españolas se encuentran en un estadio inicial en el que hay iniciativas puestas sobre la mesa o ya implementadas, pero en las que todavía no existe una estrategia estructurada en este sentido.

«Cada vez existe menos discriminación directa a las mujeres por ser madres pero se siguen dando ‘microexclusiones’. Las compañías tienen que interiorizar que el talento y el liderazGo no tienen género frente al modelo de éxito generalizado en España, que suele responder a un perfil masculino, de más de 40 años de edad y procedente de determinadas familias»

[…] García-Valenzuela (Talengo) coincide en que la conciliación ha de ser «corresponsable» porque estas medidas «a veces apartan a las mujeres de los puestos directivos». «En Talengo abogamos más por las medidas de trabajo inteligente que pasan por el trabajo flexible y por que la situación familiar esté más resuelta a la vez que cada profesional se organiza en base a sus necesidades. Hay que acabar con las etiquetas de que la mujer es la cuidadora y el hombre, el profesional», insiste. […]