Hace unos días, leía un interesante artículo en Leaderonomics “4 ways to cultivate gender diversity in your organisation” y realmente me hizo pensar en cómo en España, el impulso a la diversidadcada vez está más presente en las estrategias organizativas.

A veces me pregunto si el camino que estamos iniciando es el correcto y tiene la suficiente velocidad, y algunas de las reflexiones del artículo me parecen ciertamente relevantes para compartirlas y generar un debate.
La mayoría de las organizaciones aspiran a ser inclusivas y a abrazar la diversidad, valorar las diferencias y lograr un alto compromiso de sus profesionales, pero a la hora de la verdad ni las percepciones son las esperadas, ni los números avanzan como deberían.
Cada vez, hay más organizaciones que incorporan la diversidad como un valor organizativo, pero siguen sin dedicar un espacio a la estrategia de diversidad dentro de sus Comités de Negocio, ni valoran a sus líderes por la inclusión que generan en sus equipos.
Quizá el punto de partida es lo que deberíamos cambiar, ya que la Gestión de la Diversidad debe ser un imperativo moral, efectivamente ligado a misión, visión y valores, pero sobre todo tiene que tener un impacto en el negocio y estar en el negocio. No concibo ninguna estrategia de Diversidad que no analice el valor de ésta PARA el negocio, como palanca de transformación y aceleración de los pilares estratégicos.
Creo firmemente que la digitalización y la diversidad son las dos palancas que están cambiando el mundo tal y como lo conocemos y aquellas organizaciones que logren alinear su cultura y talento con estas palancas, serán las que realmente aporten un valor económico y social.
En el artículo mencionado echo de menos una visión de diversidad más amplia, que se centre en el talento real que una organización requiere. El género es una de las dimensiones que nos dan identidad, al igual que la edad, la nacionalidad, la cultura, valores o educación que hemos recibido, diversidades visibles pero también invisibles. Efectivamente dar un impulso a la Diversidad de Género es absolutamente necesario, pero siempre que entendamos que lo que enriquece a una organización es el talento diverso, donde todos los profesionales pongan en valor su diferencia y aporten nuevas formas de hacer y liderar. No tendría sentido invertir en programas de aceleración de las carreras de las mujeres si luego no existe una cultura corporativa inclusiva, que fomente que estas mujeres puedan liderar y transformar la organización desde la autenticidad, aportando otro punto de vista más amplio.
También creo que sin el convencimiento y apoyo expreso de la alta dirección en estos proyectos, como líderes y embajadores de diversidad, seguirán siendo asuntos de las áreas de Recursos Humanos y se entenderán como un coste y no como la única forma de ser valiosos y competitivos.