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El Siglo XXI pasará a la historia sin duda por ser aquel en el que se produjeron múltiples cambios en el modelo de entender las relaciones entre personas, entre empresas, entre profesionales entre clientes y proveedores, entre empresa y sociedad…

Han nacido conceptos antiguos teñidos algunos con matices de modernidad como la retribución emocional, otros que han surgido como necesarios en un mundo cada vez más hiperconectado, como el trabajo en red, o la creación de equipos virtuales.
En un entorno donde crece la competitividad y se escapa ya del plano local, donde los valores tradicionales de compromiso con una Compañía durante prácticamente toda una vida laboral han desaparecido, donde el presencialismo jugaba una partida importante para muchas compañías como valor de responsabilidad y compromiso, donde el respeto se interpretaba como obediencia, surgen nuevos valores, acordes al momento único de cambio que estamos experimentando
¡Es momento de hablar de nuevos Valores! Valores como la co-creación que supera al tan manido trabajo en equipo y que eleva la colaboración al umbral de ser capaces de crear/innovar desde el equipo y nos desde la genialidad de un individuo. Valores como cuidar presentes en nuestra naturaleza más humana y que impulsa una empresa que cuida de su entorno, de sus profesionales, de sus resultados. Valores como el respeto imprescindible hoy y siempre! Pero que ha resurgido porque debemos re-aprender a respetar a todas las personas en un entorno empresarial cada vez más multirracial. Valores como la pasión directamente conectada con amar lo que haces, las nuevas generaciones buscan entornos en los que puedan disfrutar y trabajar, entornos lúdicos donde puedas sacar lo mejor de ti mismo sin temor a la crítica.
Muchas compañías hoy en día identifican sus valores aquellos por los que quieren ser reconocidos ¡su ADN corporativo!, identificar valores es un ejercicio “fácil” lo realmente complicado es actuar y ser fiel a los valores de tu marca en todas las actuaciones profesionales. Cuántas veces vemos directivos que ejemplifican el contra-valor de su marca? Muchos por desgracia…
¿Estamos preparados para trabajar y relacionarnos desde los valores? Creo que se merece una reflexión por parte de cada uno, cuan preparados estamos no sólo para vivir estos y otros valores, como para dejar que otros puedan hacerlo! Porque en esta materia como en otras somos capaces de identificar y señalar con rigor quien actúa desde el contra-valor, pero… ¿qué hay de nosotros? Creo que la primera reflexión empieza y termina por uno mismo, porque somos responsables de nuestros actos y no de los actos de los demás.