La transformación digital que estamos viviendo se ha encargado de cambiar la mentalidad y cultura de las compañías, creando otro tipo de relaciones y optimizando su flujo de trabajo, y por tanto, transformando su cadena de valor. Esta transformación está incentivando la visión estratégica de las empresas, abarcando desde la operatividad, producción, comercialización y su interacción con los clientes.

A dos años del inicio de la pandemia se observa la reactivación parcial y total en los distintos sectores económicos, y del mismo modo se evidencia el impacto de cada una de las transformaciones tecnológicas y digitales a las cuales emigraron o se adaptaron. Es allí donde se evidencia la necesidad de las organizaciones de implementar procesos que gestionen eficientemente sus negocios, con el impacto que esto a su vez tiene en la búsqueda de profesionales que los lideren. En la actualidad existe para las organizaciones la necesidad de volcarse hacia modelos más tecnológicos resultado de la virtualidad y las dinámicas con las que hoy se llevan y gestionan los negocios. En este frente no solo están los profesionales con una amplia solvencia táctica y estratégica para acompañar el desarrollo, sino estos roles de negocio con foco comercial y de mercadeo que puedan soportar el liderazgo de negocios bajo ecosistemas cada vez más apalancados por la digitalización.

En este contexto cabría preguntarse qué pesará más en estos perfiles, la experiencia que acumulen o la formación que hayan recibido. La realidad es que las carreras universitarias y los posgrados son de una gran importancia, pues indican el fortalecimiento de los conocimientos necesarios pero el tema no se queda allí. Hablar de una carrera en particular o de maestría no es un referente por sí solo, ya que esto dependerá mucho de lo que el mercado esté demandando. Por tal motivo, se le da mucho valor a la experiencia adquirida, la estabilidad en los cargos que permitan evidenciar resultados concretos y el tipo de organizaciones donde se ha logrado formarse y exponerse profesionalmente. Evidentemente el nivel del plantel académico donde ha construido su formación de pregrado y postgrado es base de referencia que siempre suma, pero nunca debe ser la única medida para asociar un ejecutivo con sus condiciones y capacidades en su desempeño laboral.

Contra todo pronóstico la pandemia también implicó un avance acelerado de digitalización e innovación en las compañías, por ello es necesario que tanto las empresas como profesionales, se capaciten y adapten a los nuevos flujos de trabajo que el mercado necesita en la actualidad; sin discriminar por sectores se requiere inmediatez, productividad e innovación.