Ken Kutaragi, un joven ingeniero de Sony, jugando con la consola Nintendo de su hija, descubrió que se podía mejorar notablemente la experiencia de juego. En aquella época Sony no apostaba por la industria de los videojuegos, por lo que Kutaragi, manteniendo su trabajo de ingeniero en la compañía, se unió como consultor externo al equipo de desarrollo de Nintendo.

El equipo directivo de Sony estuvo tentado de despedirle al enterarse de ello, pero el CEO valoró su visión innovadora y le permitieron completar su trabajo en Nintendo. A la postre, Nintendo rechazó comercializar el proyecto y Kutaragi vendió la idea de desarrollar su propio sistema de videojuegos a Sony, lo que finalmente se convertiría en la PlayStation.

Kutaragi fue un líder valiente por cuestionar el status quo y no aceptar la negativa de la alta dirección; por asumir el riesgo de impulsar un producto ligado a una industria alejada del core business de la compañía, pero en el que creía ciegamente y que posicionó a Sony como líder en el mercado emergente de los videojuegos.

Desde hace años es conocido como el padre de la PlayStation, la consola más vendida del mundo y producto estrella de la compañía. Kutaragi ha liderado una de las la unidades más exitosas y rentables de la compañía y es uno de los referentes del intraemprendimiento corporativo.