La gratitud es un tema poco abordado en el contexto empresarial, sin embargo, debería ser un pilar fundamental en el liderazgo de los equipos.

Practicar la gratitud provoca una mecánica de buenas acciones dentro de los equipos, basada en el principio de reciprocidad. Este concepto, arraigado en nuestra naturaleza humana, representa nuestra inclinación innata a responder a gestos de buena voluntad con acciones positivas equivalentes. Según Forbes, entender este principio va más allá de cumplir normas sociales; se trata de aprovechar un motivador muy poderoso.

De acuerdo con Forbes, el impacto de la gratitud en el liderazgo se materializa en tres planos:

  1. Confianza: La capacidad de los líderes para elogiar, reconocer y apoyar crea una base sólida de confianza en los equipos, fomentando su lealtad y compromiso a largo plazo. Cuestiones esenciales para afianzar equipos de alto rendimiento.
  2. Colaboración: La práctica regular de la reciprocidad por parte de los líderes promueve una cultura donde la colaboración y el apoyo mutuo son la norma, fortaleciendo las relaciones entre los miembros del equipo.
  3. Compromiso: Valorar y apoyar a los empleados crea un ciclo de interacciones positivas que aumenta el compromiso, conduciendo a una mayor participación y productividad en el entorno laboral.

Para concluir, algunos datos aplastantes en esta materia…

Harvey Deutschendorf, experto en inteligencia emocional, revela algunas estadísticas sobre la gratitud en el trabajo:

  • El 90% de los empleados que sienten gratitud hacia sus jefes logran mejores resultados
  • El 71% de los empleados que se sienten apreciados por sus jefes aumentan su productividad en un 41%