Indra se está convirtiendo, como consecuencia de una nueva y certera estrategia impulsada por sus nuevos accionistas y ejecutada extraordinariamente bien por su Presidente ejecutivo, en un ejemplo de gobierno.

Como muestra un botón: la retribución de su Consejo está ahora variabilizada en un 75%, con un compromiso de invertir el 50% de la remuneración total en acciones de la compañía. Además, este año se redujeron un 20% sus remuneraciones.
Dentro de sus consejeros independientes (7 de un total de 13) hay perfiles realmente profesionales como consultores de estrategia, el ex Mckinsey Enrique de Leyva y reconocidos abogados como Daniel Garcia Pita y Alberto Terol.
Indra es una compañía que ahora sale a la calle con la cara lavada y sin el maquillaje pastel que hasta ahora escondía su verdadero rostro. Pero para ello hay que afrontar desde el principio la situación, con humildad y aplicación de sentido común, y además haciendo mucho ejercicio y volviendo a coger forma. Si se afrontan restructuraciones y despidos, el Consejo tendrá que ser retribuido también acorde con los tiempos para ser consecuentes. Esto es lo que está haciendo Indra y seguro que el futuro le dará la razón.