La evaluación de potencial de los profesionales ha vivido una importante evolución en los últimos años, generándose nuevas tendencias que han buscado adaptarse a la transformación de los entornos laborales, en los que la digitalización, la diversidad, la flexibilidad, la sostenibilidad y la innovación, han pasado a ser factores determinantes para las compañías y para el día a día de los equipos.  

Actualmente existen diferentes enfoques, métodos y técnicas que permiten a las compañías predecir el nivel de potencial de sus profesionales, o dicho de otra manera, visualizar hasta qué punto uno de sus profesionales puede tener más o menos éxito al abordar nuevos retos con las skills que le definen hoy. La evaluación 360°, herramientas de evaluación gamificada, assessments de potencial basados en software, el uso de la inteligencia artificial (IA) y el análisis de datos… son algunos de estos ejemplos.  

Más allá del marco regulatorio venidero de la inteligencia artificial o de cualquier automatismo en el marco de la protección de datos y usuarios, conocemos una serie de fundamentos que representan grosso modo la realidad a la que deberán hacer frente las organizaciones en los próximos años:  

  • La búsqueda de la eficiencia constante y la agilidad ha dado lugar al multitasking. 
  • La Great Resignation ha confirmado que los profesionales pasan a primar en sus entornos laborales factores como la conciliación, la flexibilidad y la sostenibilidad. 
  • La digitalización de procesos liderados hoy por personas implicará la redimensión de roles y estructuras en muchos sectores.  

Cuando hablamos de un proceso de evaluación de potencial, estamos hablando de un proceso de venta y como tal analizable desde la visión del profesional que pasa por él (perfilado como producto en sí mismo adherido a una marca personal) y la de la persona o software encargado de iniciar el proceso hasta llegar al informe o diagnóstico final.   

Independientemente de lo anterior, lo más probable es que en pocos años la mayoría de las compañías dispongan de manera interna o externa de procesos digitalizados donde la tecnología y globalización ocuparán roles imprescindibles que permitirán la obtención de resultados en tiempo real a través de la codificación de datos mediante low-effort assessment, suponiendo, además, una enorme reducción de costes para el ámbito organizativo. La realidad es que la IA ha venido para quedarse y el aporte de valor en los procesos de evaluación potencial se predice exponencial, en cuanto a agilidad, flexibilidad, conciliación o sostenibilidad.  

Si bien, la rigurosidad, objetividad, cercanía, empatía… que es capaz de aportar la expertise de manos humanas en procesos de evaluación de potencial se erige como un valor a no olvidar, ni abandonar. Desde ahí, ambas soluciones, la IA y el expertise humano, están llamadas a coexistir y complementarse, siendo uno de los grandes retos en los procesos de evaluación de potencial y talento en el futuro más inmediato.  

Antes de finalizar este artículo, me gustaría proponer una pequeña reflexión…Si les reconozco que, hipotéticamente, uno de los párrafos de este post ha sido generado a través de la Inteligencia Artificial de Microsoft Bing. Teniendo presente esto, ¿serían capaces de discernir si el post completo ha sido escrito por mí o por IA? Y, llevando esto a la evaluación de potencial de profesionales a través de IA y análisis de datos, ¿nos sentiríamos confortables como compañías en basar decisiones que aplican a personas (como es una promoción, una incorporación a un plan de carrera, cambios organizativos…) en puros algoritmos? Por favor, no me respondan a mí… 

Pamela Parra, Socia de Talengo