La “Operación Balmis”, nombre con el que el Ministerio de Defensa español ha bautizado su operativa contra la epidemia del coronavirus en España, debe su nombre a una auténtica epopeya de la historia de nuestro país. Un ejemplo extremo de #LíderesValientes que pasamos a relatar.

En el siglo XVIII sólo en Europa la viruela acabó con la vida de 60 millones de personas y sus estragos empezaban a ser muy serios también en América. Por fin en 1796 el inglés Jenner obtuvo una vacuna contra esta pandemia. No todo el mundo científico de su época acogió el avance con entusiasmo, y en 1802 un nuevo brote de grandes dimensiones apareció en el entonces virreinato español de Nueva Granada, que abarcaba entonces Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá.

Entre los defensores de la vacuna de Jenner estaba el médico español Javier Balmis. Su defensa de la nueva vacuna le llevó a encabezar la que podría considerarse como la primera misión humanitaria de la historia, que entre 1803 y 1806 llevó la vacuna de Jenner hasta América y Asia para luchar contra el nuevo brote aparecido.

Balmis tomó una decisión muy audaz para la conservación de la muestra de la nueva vacuna en el viaje a realizar para su distribución: el suero sería transportado dentro de 22 niños de entre 3 y 9 años. La idea era inocular la viruela a los niños cada semana de 2 en 2 (por si había complicaciones fatales en alguno) con las pústulas de los vacunados la semana anterior.

De esta manera, 22 niños huérfanos; su cuidadora, Isabel Sendales; una decena de sanitarios dirigidos por Balmis; además de la tripulación, partieron el 30 de noviembre de 1803 de La Coruña con rumbo al Nuevo Mundo a bordo de la corbeta María Pita.

El plan era temerario y éticamente quizás dudoso, pero la situación humanitariamente también era desesperada.

La expedición fue recalando en Tenerife, Puerto Rico, Colombia, Venezuela… En mayo, el convoy se dividió en dos grupos: el primero, al mando del cirujano José Salvany, subdirector de la misión, se dirigió al sur para distribuir la vacuna por América del Sur, pero la mayoría de sus miembros no sobrevivirían. El segundo grupo, comandado por el propio Balmis, se dirigió hacia el norte con la intención de extender la vacuna por el Caribe, Centroamérica y el norte del continente, teniendo éxito a pesar de las enormes dificultades de todo tipo que se encontraron.

Más tarde tomaron rumbo hacia las Islas Filipinas; y posteriormente Macao y Cantón, difundiendo también la vacuna por territorio chino, para finalmente volver a España en la María Pita. Imaginar esta singladura en las condiciones de la época no es fácil…

El propio descubridor de la vacuna de la viruela, Edward Jenner, escribió sobre la expedición: “No puedo imaginar que en los anales de la historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este”.

Los niños (sólo uno de ellos no sobrevivió), su tutora, Balmis, y por supuesto el resto de esta extraordinaria expedición, son uno de los grandes ejemplos de #LíderesValientes de la historia de la humanidad y de España, tan desconocida y precisamente por ello tan poco valorada.