Siguiendo con nuestro viaje por la evolución en las competencias del líder, esta vez nos detendremos en la necesidad imperativa e ingente de Liderar con Responsabilidad. Además de aglutinar las competencias clásicas, el líder actual debe lidiar con la incertidumbre desde una posición desconocida para todos, descubriendo qué es lo que le hace único para inspirar a los demás a través de su visión.

Por este motivo, no será suficiente seguir con patrones de respuestas preestablecidas o seguir el camino de vías ya transitadas en exceso. Por el contrario, una de las aptitudes del líder será alzarse como un referente en lo que a responsabilidad se refiere, ser capaz de modificar las rutas de actuación conocidas hasta ahora, así como conectar a nivel emocional con los equipos.

Además de la incertidumbre, tendrá que lidiar con la imposición de un entorno digital gracias a los avances tecnológicos, el teletrabajo y a las situaciones contextuales que nos obligan a modificar los emplazamientos laborales tal y como los conocemos.

Por lo tanto, desde ahora deberá inspirar una mayor confianza en sus equipos, donde la credibilidad y ejemplaridad serán los pilares básicos para el desarrollo de los proyectos profesionales. No solo el entorno actual, sino cualquier cambio necesita periodos de adaptación para un funcionamiento eficaz. De esta manera, el trabajo de los equipos deberá romper las directrices tradicionales para alinearse con los nuevos valores organizacionales.

Tanto en el pasado como de cara al futuro en el corto y medio plazo, la gestión de la responsabilidad por parte de los líderes deberá llevarse a cabo de una forma íntegra, siendo en todo momento ejemplo de coherencia y saber hacer.

Así, ante un contexto cambiante y una incertidumbre impuesta, deberá prestar especial atención al seguimiento a la hora de analizar el fondo y la forma de la consecución de resultados. Es aquí donde pueden asomar enormes dosis de angustia profesional y personal y donde no resultará extraño tener que aplicar las mejores herramientas disponibles para la resolución de potenciales conflictos. No solo la gestión sino la ejemplaridad y lo impecable ante las dificultades serán miradas con lupa por parte de los miembros de la organización.

Por eso, junto con los cimientos organizacionales en forma de estrategia y valores, será responsable de favorecer la seguridad e inclusión de los integrantes de los equipos de trabajo. En medio del contexto de incertidumbre, estos equipos verán en la responsabilidad del líder el faro con el que guiarse para alcanzar los objetivos de la organización y, en consecuencia, los objetivos personales.