La estrategia de gestión de la Diversidad está presente actualmente en las agendas de grandes sociedades cotizadas y empresas multinacionales. Mediante este artículo queremos mostrar por qué dicha gestión debe ser un asunto en la agenda de cualquier organización que quiera crear valor para sus stakeholders y mejorar su cuenta de resultados fuera de España.

Para contextualizar mi visión quiero aportar un ejemplo real vivido por una empresa del sector tecnológico. En su plan estratégico a 2015 se marcaron abrir sede en Argentina en noviembre de 2012 y lanzaron un proceso de búsqueda a nivel interno para elegir al profesional que se hiciese cargo de la nueva operación. Era una apuesta estratégica de fuerte responsabilidad, por lo que todo el Comité de Dirección descansó aliviado al encontrar a un ingeniero dispuesto a asumir el reto.
Cuando el profesional se trasladó a Argentina sufrió un shock cultural y renunció al proyecto por no ser capaz de adaptarse. La empresa tuvo que abrir un nuevo proceso de búsqueda que paralizó el arranque de la operación durante 6 meses. ¿Qué pudo fallar? El profesional tenía el conocimiento técnico y el compromiso necesario; además no tenía cargas familiares, lo que facilitaba su expatriación.
La globalización, diversificación e internacionalización son los términos que actualmente más se repiten en foros relacionados con la Gestión Empresarial. La situación económica ha llevado a muchas organizaciones a centrar su estrategia en el crecimiento fuera de nuestras fronteras y esto ha traído nuevos escenarios, hasta ahora desconocidos. Pongamos por delante que nuestros directivos son excelentes técnicamente, gozan de gran reconocimiento internacional, y están comprometidos con el proyecto empresarial.
El fallo está en dar por hecho que la capacidad técnica y el compromiso son suficientes, sin valorar la capacidad de adaptación cultural de nuestros directivos. Esto supone posicionarnos varios pasos por detrás de nuestros colegas europeos, que consideran que las habilidades de liderazgo global son críticas para el éxito de sus negocios. Como dato podemos reflejar que según el último estudio IESE/IRCO, “Los Retos de la Expatriación”, en los directivos españoles se produce un 41,7% de repatriación forzada frente al 23% del resto de países.   Duplicar este índice tiene unas consecuencias drásticas para la rentabilidad de las operaciones en el exterior. Eso sin computar el daño que puede hacer a nuestra imagen de marca, un mal estilo de liderazgo con equipos locales o de negociación con clientes en otros países.
Gestión de la Diversidad
Gestionar adecuadamente la Diversidad proporciona claras ventajas competitivas: permite lograr mayor atracción y retención del talento adaptándolo a nuestro proyecto empresarial, reduce la rotación de profesionales, aumenta la satisfacción y el compromiso, permite llegar más rápido a clientes internacionales y, por último, mejora la creatividad e innovación necesarias para garantizar la continuidad del negocio en nuevos mercados.   Personas con distintas perspectivas proporcionan visiones nuevas y complementarias, y son capaces de llegar a las verdaderas necesidades que tienen los clientes a nivel global.   Tener en cuenta esta variable e incorporar la evaluación de Competencias Globales en nuestros procesos y definir un programa de acompañamiento de nuestros directivos para asegurar su rápido ajuste, son soluciones que se pueden llevar a cabo fácilmente y que redundarán en un mayor éxito en nuestras operaciones exteriores.