El covid va a acelerar el cambio generacional. Es un tema de mucho calado social, con un escenario claramente involutivo para baby boomers, unido a las nuevas maneras de comunicar y gestionar que supone la revolución digital.
En este contexto la gobernanza que venimos tratando en #BoardinProgress pasa a un primer plano y, sobre todo, pasa por las personas. Tener, por ejemplo, en la misma persona los cargos de Presidente y Consejero Delegado es un riesgo adicional en estos momentos. Igual que lo es que el plan de sucesión sólo atienda la figura del número 1 y no al resto del Consejo e incluso Comité de Dirección.
Al mismo tiempo, el entramado empresarial en España es todavía de tamaño mediano y corte familiar, con poco músculo en general para competir internacionalmente y con una profesionalización todavía pendiente en muchos consejos. Por lo tanto, es necesario redefinir el nuevo mapa de competencias adecuadas como ya avanzó la guía técnica de enero de 2019 sobre la CNR.
La cultura, con una ética muy marcada de acuerdo con el protagonismo de la ESG y su peso en gobernanza, pasa a un primer plano (ODS 2030 de NU) y también impactará en el relevo generacional.
Una situación en los próximos años de dificilísima gestión que exigirá un liderazgo sostenible y consejos renovados.