Hace semanas estaba metido de lleno en mi plan de entrenamiento para la maratón de París. Uno de los días entrenaba acompañado de un buen amigo que tenía pensado debutar en la distancia. A lo largo de nuestro entrenamiento conversábamos sobre la táctica y estrategia que cada uno pensábamos desplegar en la carrera.

Mi compañero de ruta estaba ávido de recibir buenos consejos, nervioso ante su debut y a enfrentarse a lo desconocido. A lo largo de nuestra charla surgió inevitablemente la importancia que tiene el poder de la mente en una carrera de larga distancia como la maratón. Recuerdo perfectamente a uno de mis entrenadores de futbol americano en EE.UU., gritando con fuerza en la arenga antes de los partidos; “Half of this game is 90% mental” (cita que corresponde al famoso jugador de béisbol Yogi Berra). Años después, recupero esa cita y la aplico al mundo de la maratón, pero también a nuestra vida personal y profesional.
Desde el primer kilómetro, una maratón se tiene que correr con cabeza. Como en muchas de las cosas que hacemos en nuestra vida, es fundamental tener un plan trazado y ajustarse a éste; y para elaborar un plan es imprescindible tener visión. Os traslado una pregunta que seguramente no os habéis hecho anteriormente. ¿En qué kilómetro se retiran el mayor número de atletas en una maratón? Seguramente podéis pensar que es en el kilómetro 42.
Después de todo, debe ser el kilómetro en que los atletas están más agotados física y mentalmente. Pero como en la mayoría de cosas en la vida, esto no es tan obvio. Después del primer kilómetro, el 42 es en el que menos gente abandona. Aunque podría haber cientos de explicaciones de porqué es así, creo que una razón está por delante del resto. Esta razón es la visión, y el poder de la mente. Los corredores no abandonan en el kilómetro 42 porqué tienen una visión clara de dónde están, y hacia donde se dirigen. Tienen la meta a la vista, así que continúan en pos de su objetivo.
Seguro que están físicamente exhaustos, pero su visión les aporta la energía necesaria, y les anima a seguir adelante hasta alcanzar su objetivo. La mayor parte de corredores abandonan una maratón en el kilómetro 30 (conocido también como “el muro”), porque es ahí cuando pierden de vista su visión. Es ahí cuando están agotados mental y físicamente. Es ahí cuando sienten que han llegado muy lejos, y aún así todavía tienen muchos kilómetros por recorrer. Es ahí cuando su objetivo se desvanece, y su poder mental se disipa. Cuando no hay visión la gente desfallece. Esto demuestra un importante principio que es clave para el éxito, la salud y la felicidad. Debemos mantener viva nuestra visión.
Debemos conservarnos mental y emocionalmente fuertes, y espiritualmente en forma. Después de todo, tendremos días en los que nuestros cuerpos dicen “no”, y necesitamos que nuestras mentes digan “sí”. Habrá momentos en los que parece que todo conspira para sabotear nuestros sueños y objetivos. Incluso durante semanas o meses tendremos la sensación de estar golpeando “el muro”. La respuesta a esta dinámica es mantener nuestra visión, y nuestro foco en esa visión. Mantengamos viva nuestra visión, y ella nos mantendrá vivos a nosotros. No nos rindamos. Sigamos firmes hacia nuestra meta, con la visión “plantada” en nuestra mente y en nuestro corazón.