Partiendo de esta frase de Aldo Rustichini (Profesor de Neuroeconomía de Cambridge) y vinculándola directamente con el contexto organizacional en el que nos movemos, a todos nos resultarán familiares afirmaciones como: “… las emociones dificultan nuestra toma de decisiones” o “… la mejor manera de tomar buenas decisiones es con la cabeza fría”. Éstas y otras afirmaciones han sido la base de creencias que durante décadas han estado presentes en los estilos de gestión y dirección de muchas Organizaciones.
En la actualidad, estudios e investigaciones empiezan a coincidir en el papel clave que las emociones representan dentro de cualquier proceso de toma de decisiones y cómo los sentimientos y emociones son, en muchas de las ocasiones, motores que nos encaminan a generar un espacio de toma de decisiones en el que utilizar adecuadamente la lógica. Todo ello nos está llevando a que hoy en día, disciplinas como la neurociencia, el neuromarketing, neuroeconomía… y los conceptos/principios que aglutinan, irrumpan con fuerza en el panorama Organizacional y de Management.
En las Compañías, lo que estamos viendo y viviendo es que algunos de los estilos de liderazgo, comunicación y modelos que perviven en ellas, se están quedando atrás. Los profesionales crecemos en las Compañías y éstas con nosotros. Estamos migrando de modelos lineales y de control a otros más abiertos, en los que las personas y las relaciones tomamos cada vez un mayor protagonismo.
Para buscar soluciones a estos cambios que se vislumbran en el horizonte más cercano, una propuesta consistente para aquellas Compañías que quieren avanzar, pasa por profundizar y tener en cuenta al cerebro para entender los por qués, cómos y cuándos de pensamientos, decisiones, relaciones y actuaciones a nivel Organizacional … En definitiva, apostar por la Neurociencia como clave para facilitar la consecución de logros personales y de Compañía, fomentar la innovación e impulsar la comunicación plena.
“Aunar MENTE y CORAZÓN en un proceso común…Nos ayudan a tomar las decisiones adecuadas” Mario Alonso Puig