Tolstói iniciaba Ana Karenina señalando cómo todas las familias felices se parecen, pero cada familia infeliz lo es a su manera. La realidad y la experiencia nos demuestran que cada empresa familiar es única e irrepetible, pero por lo general, se enfrentan a retos comunes.

En un mundo de cambios constantes y crisis inevitables, las empresas familiares están en la primera línea de batalla. Un hito fundamental para ellas es la reflexión estratégica sobre qué hace que una empresa familiar prospere generación tras generación. La clave está en superar los momentos de la verdad, esos instantes críticos donde las empresas familiares deben tomar decisiones importantes que pondrán a prueba la cohesión y solidez de la compañía y de la familia. La preparación para estos momentos requiere una combinación de anticipación y estrategia.

Los momentos de la verdad de una Empresa Familiar pasan por:

  • Preparar el cambio: Crear estructuras y procesos que faciliten una transición suave y ordenada. Esto implicará desarrollar un plan estratégico que considere posibles escenarios futuros e implementar procesos que permitan una respuesta ágil y eficiente a los cambios. También será crucial fomentar una cultura de flexibilidad y apertura al cambio dentro de la compañía, lo que facilitará la gestión de la incertidumbre de la estructura familiar y empresarial.
  • Planificar el relevo generacional: Involucrar a la siguiente generación desde temprano y preparar la sucesión asegurará la continuidad y fortalecerá la cohesión familiar. Esto incluye identificar y desarrollar a los futuros líderes, proporcionarles la formación y experiencia necesarias, y establecer un plan claro para la transición del liderazgo. Un plan sucesorio bien definido debe abordar cuestiones como la distribución de acciones y la definición de roles y responsabilidades dentro de la familia y la empresa.
  • Crecer: Estar abiertos a nuevas oportunidades e invertir en tecnología serán esenciales para el crecimiento. Fomentar la creatividad y la adaptabilidad permitirá aprovechar al máximo las oportunidades emergentes. Esto incluye explorar nuevos mercados, invertir en investigación y desarrollo, y adoptar tecnologías avanzadas para mejorar la eficiencia y competitividad. Mantener una mentalidad innovadora y estar dispuestos a asumir riesgos serán aspectos clave en la empresa familiar.

Abordar estos desafíos de forma estratégica puede marcar la diferencia entre el éxito y el estancamiento. Al igual que en Ana Karenina, donde cada familia enfrenta desafíos únicos, las empresas familiares deben encontrar su propio camino hacia la felicidad y el éxito.

Pamela Parra, Socia de Talengo

 

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